La oscuridad no existe
es un acto fingido por la hipocresía
del silencio
que es claro,
agonizamos
en cada aliento .... en la mirada
como un juego absurdo
de nuestro destino
prostituyendo emociones
fingiendo ser menos autómatas
que la muñeca de una inocente.
Oigo gritar mi piel en busca de refugio
destrozada
como una cucaracha
esperando cambiar
de color
cicatrizando por estar en una jaula escondida
nunca nadie se atrevió a mirar
derramando su sangre; los rayos del sol eran espinas
emanando fuego
el compás de una canción
John A.
Ecuador
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